En lo social el I.V.T. está abierto no sólo a los trabajadores constructores (UOCRA), sino a todas las familias de trabajadores argentinos que no tengan casa propia, cuenten con una pequeña capacidad de ahorro, tengan arraigada la idea de un esfuerzo común y quieran construir su futuro con nosotros.
También resulta ventajoso que al terminar la Obra ya estén los planos de subdivisión y los conformes a obra, lo que posibilita a los Institutos Provinciales una inmediata escrituración hipotecaria, para el recupero de los fondos de financiación aportados al emprendimiento.
En cuanto a los proyectos, se respetan las factibilidades de servicios y las zonificaciones de planeamiento de cada Municipio, como así también los prototipos acordes a las distintas culturas de las zonas (NOA, NEA, Centro, Cuyo y Sur).
El I.V.T. construye combinando los fondos del Instituto de Vivienda de cada Provincia con el aporte de los adjudicatarios durante el proceso de construcción, éste último para mejoras en las terminaciones de las viviendas, infraestructura y en algunos casos terreno. Una vez que ingresa a su vivienda, el adquirente comienza a reintegrar los fondos del Crédito, con escritura hipotecaria, en cuotas de 10 ó 15 años según la provincia.
El I.V.T. ofrece a los adjudicatarios la transparencia del pago de cuotas en bancos provinciales locales y concientiza con el ejemplo, la necesidad del cumplimiento en los pagos para evitar el corte de la cadena solidaria, sentando bases para el futuro recupero de los fondos del Estado.
En su mayoría las obras se programan en 18 meses con una primera entrega en el mes 13 de obra y la segunda en el mes 18, para posibilitarles a los adjudicatarios un valor de cuota acorde a sus ingresos.
El IVT, según las provincias y/o, según los Municipios donde las Seccionales presentan demanda de viviendas, realiza un estudio socio-económico de su población conjuntamente con los compañeros de UOCRA y adopta distintos criterios para que las familias con pequeña capacidad de ahorro no se sientan marginadas y puedan acceder a su vivienda. En definitiva las únicas dos condiciones que exige éste IVT son: que los adjudicatarios no posean vivienda propia (como lo marcan las normativas vigentes), y que tengan durante el proceso de construcción un verdadero cumplimiento en el pago de las cuotas. Esto garantizará en el futuro, el recupero de los fondos a los Institutos Provinciales de Vivienda.
Para ello y a pedido de las familias, hemos realizado planes de pago en donde la primera cuota es una cifra equivalente a los ahorros que éstas tenían, lo que le da en las subsiguientes, cuotas de un menor valor. Este tipo de plan posibilita el ingreso en un año para no tener que seguir pagando alquileres.
También en otros casos, y conociendo el cumplimiento de la realización de los barrios por parte del IVT, las familias han preferido hacer los pagos en 18 cuotas durante el proceso de construcción, pero para bajar los montos mensuales se han agregado dos cuotas en los meses anteriores al inicio de obra, lo que permite un pago en 20 meses con montos acordes a sus ingresos mensuales.
Las experiencias de tantos barrios entregados nos ha llevado a la eliminación de los planes con cuotas post-posesión que debían ser garantizados con garantes propietarios y pagarés, pero que ocasionaban no sólo las molestas peticiones a familiares o amigos, sino que en definitiva algunas familias que no entendían la cadena solidaria dejaban de pagar, trayendo como consecuencia acciones por parte del IVT y descontento de las otras familias que con su esfuerzo seguían pagando puntualmente.
El cumplimiento en el pago de las cuotas es tan importante que las familias al inscribirse ya saben que al tercer mes de incumplimiento quedan automáticamente desadjudicadas, dando lugar a las familias que cumplen. Esta metodología garantiza el correcto desarrollo de la obra y la transparencia en los cobros de cuotas ya que el renunciante recuperará lo aportado una vez que el nuevo adquirente se ponga al día.
Todas nuestras obras materializan los esfuerzos de los gobernadores, los Intendentes (aportando tierras y a veces infraestructura), las pymes locales (que financian parte de la obra), las familias de los adjudicatarios (pagando sus cuotas), y los compañeros de las Seccionales que conjuntamente con el IVT continuamos buscando y recreando los planes de pago más justos y contemplativos con el momento social de bajos salarios que sufre la mayoría de los trabajadores de nuestro país.
Esto demuestra que la solidaridad entre todos los sectores, hace posible que vayamos cumpliendo de a poco con la justicia social, donde la vivienda no es un privilegio sino en derecho.